jueves, 14 de mayo de 2009

Iudicium Summario

IZO Editorial - Iudicium Summario - 14/Mayo/2009

Iudicium Summario

14 de Mayo, 2009. Uruapan, Mich. (IZO Editorial) --

El último ex-presidente leguleyo que tuvo México, el licenciado Miguel de la Madrid Hurtado quiere que nos chupemos el dedo.

Consideraba, hasta hace unos días, al licenciado De la Madrid como el menos malo de esa casta de presidentes neopolíticos que tuvo México en la veintena de los ochentas. Sabía callar y así se mantuvo hasta hoy.

En un desplante sin precedente en la historia política de este país el tal De la Madrid hace un actus contritae, un mea culpa, mea maxima culpa, y, si se lo permitimos, hasta se rasga las vestiduras con gotas lacrimógenas y toda la cosa, en un esfuerzo por comprobar su recto andar durante esos difíciles años en los que detentó el poder. Imagino que está implorando de quienes fuimos hace años sus gobernados, mediante este mediocre y grotesco acto teatral, la absolución de todas las faltas cometidas durante su período presidencial; o quizá, quiere manifestar que se encuentra libre de toda culpa.

El vil y despiadado blanco de su discurso fue su tan divinizado como vilipendiado sucesor: Carlos Salinas de Gortari, quien fue designado por el propio De la Madrid, y de cuya entronización ahora se arrepiente. Salinas gobernó a México de 1988 a 1994 a base de corruptelas, componendas, distracciones pecuniarias, contubernios, falsedades, peculado, enriquecimiento ilícito, y toda clase de tejemanejes que son cosa sabida por la gran mayoría de los mexicanos. A su hermano Raúl, destinado desde antiguo por su padre don Raúl Salinas Lozano para gobernar a México, le tocó bailar con la menos agraciada. Después de haber sido Director de Liconsa fue acusado de tramar el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, político guerrerense de móviles reformadores y ex-cuñado de Salinas. Nunca se comprobó la autoría ni la complicidad de Raúl pero de cualquier manera fue a dar a la cárcel. Ahora De la Madrid lo acusa de haber tenido, en ese entonces, nexos con el narco, cosa indubitable, pero difícil de probar.

En una entrevista radiofónica con Carmen Aristegui, don Miguel acusa a Salinas de los más ruines procederes ocurridos durante el gobierno de este último. ¿Habrá tornado la mirada este ilustre personaje a su baja espalda para revisar si le cuelga alguna colita que le puedan pisar? La senectud -lo digo con el sumo respeto que me merecen quienes hemos superado los cincuenta- hace estragos en una mente soberbia y farisea. Seguramente ya se le olvidó al ex-presidente De la Madrid su falta de capacidad para combatir la inflación galopante de los años 80, su franca lentitud ante la catástrofe del terremoto del 85, la caída del sistema en las elecciones presidenciales de julio del 88, y que decir de su paupérrima administración política y económica en la que dejó sumido a su pueblo (o sea a nosotros) al final de su mandato. Su lema de campaña fue "Por la Renovación Moral de la Sociedad".

Los setenta y un años de "dictadura perfecta" (calificada así por el escritor peruano Mario Vargas Llosa) fracasaron en su cometido. El PRI no se perpetuó en el poder y finalmente sucumbió ante la demagogia de un político advenedizo.

Germán Martínez, líder nacional del PAN, declaró esta semana que "a quien hay que enjuiciar es al PRI, no a Salinas" (no alcancé a captar si se refería a Carlos o a Raúl). Lo importante de esta declaración es que Germán está proponiendo un juicio sumario para los priístas, con lo que voy en franco desacuerdo. Esto me lleva a la siguiente reflexión. De acuerdo a la declaración de Germán, todos los priístas son malos gobernantes; pienso que no. En ese partido como en todas las agrupaciones humanas participan personas de mejores y de peores conciencias. En el PRD y en el PAN pasa igual. Lo expresado por el líder del partido en el poder me preocupa. Considero a Germán un político audaz y ferviente baluarte de los ideales panistas pero su declaración me parece en extremo desafortunada. Hacer polémica de los hechos idos es como hacer leña del árbol caído. Ambos dan calor pero no proporcionan la tranquilidad del espíritu. De la Madrid podrá decir lo que guste. El otrora inquebrantable silencio de los ex-presidentes se violó hace varios años. Germán es un actor político de relevancia y de actualidad con un compromiso ineludible con su sociedad y sus seguidores.

El enjuiciamiento sumario del PRI me remite a la Santa Inquisición, a los Juicios de Nuremberg, a las brujas de Salem, al absolutismo francés del siglo dieciocho (con todo y la peluca rizada, el rapé y las mejillas polveadas). Nunca avalaré la generalización de las actitudes humanas. Si algún alemán, judío, español, musulmán, mexicano, estadounidense, iraquí, católico, shintoísta, morado, verde o amarilo fuera origen de acciones delictivas, sean éstas políticas o civiles, es él, y solo él, el responsable de tal conducta. Nunca su nacionalidad, afiliación política, raza o creencia sería una razón para juzgar y mucho menos condenar al que pertenezca a tal sociedad.

Si Salinas infringió la Ley debe ser castigado. Si Raúl lo hizo, también. ¿Si yo soy priísta debo también purgar las mismas penas?

Hasta la próxima.

Ignacio Zamora


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